Los chinos nos invaden

Creo que es idea mía, pero los chinos nos están invadiendo. Las olimpíadas son una distracción para que pensemos que son lo mejor. Ellos desean apoderarse de nuestro mundo.

Es una solución a su sobrepoblado país. Los entiendo, deben buscar un lugar donde dormir que no mida un 0,50 X 1 metros, pero deberían hacerlo de manera menos evidente ante mis ojos.

La primera señal de alarma fue cuando me compré un Coca Cola que estaba en chino. Inmediatamente me preocupé, pero después me recordé que había una huelga en la embotelladora y que no podían producir. Entonces caí en cuenta de que obviamente las estaban importando. Lo único que no aceptaba es que fueran de China. Las pudieron haber traído de Colombia, hermano, así hubiera podido entender.

Pero cuando fui a la confitería a comprar chicles, fue cuando mi alarma se encendió de verdad. La habían vendido a unos chinos. Unos chinos que no sabían hablar español, excepto números y nada más.

En la confitería, le explicaban a la chinita en caja y ella no entendía.

-Escribe chicle -le decía la empleada venezolana-
Y la chinita no hacía nada
-Chi-cle
Nada
-Chi-cle
Nada
-Yo lo escribo. Ahora presiona Escape
Nada
-Presiona Escape, mami
Nada
-Yo lo presiono. Ahora dale a Enter, En-ter
Nada
-Presiona Enter
Presiona Enter, chinita
-Yo lo presiono. ¿Ves? Ahora aparece el monto a cobrar
-Sel veinte con cincuenta bolívales -dijo al fin la china y fue lo único que dijo-

Aunque debo admitir que a esos chinos hay que admirarlos. Pueden hacer muñecos de Bob Esponja sin ni siquiera saber qué estaban haciendo. Además, pueden trabajar desde niños en cuartos oscuros y cerrados durante 18 horas por día, por tan sólo unos centavos, y así darle el placer a una mujer de tener un bolso italiano. Es decir, esos chinos tienen valor para sobrevivir y adaptarse.

Sí, de ellos hay que aprender mucho. Así que quizá ante la invasión, debería hacerme el chino.

Enviado originalmente el 18 de agosto de 2oo8

No hay comentarios: