¡Ave, Justin Timberlake!

Cuando el sábado a las seis me despertó el sonido de Billie Jean a todo volumen me dije "ya basta". La obsesión por Michael Jackson ha rebasado mi nivel de temperamento. Si falleció, pues paz a sus restos. El muerto al foso y el vivo al gozo.

Sí, es muy cierto: el señor fue un artista muy querido en los años 80 y principios de los 90, rompió más récords que su tocayo Phelps. Sí, bailaba como él solo e hizo el vídeo y el disco más caro para su momento.

Son motivos para extrañarlo, quizás. Pero con un poco de raciocinio. Tampoco es que el tipo tenía la fórmula de la Coca Cola.

Las personas se sintieron como si se hubiera muerto la Princesa Diana otra vez. Todos se sentían mal, incluso aquellos que ni sabían que existía o que pensaban que ya había muerto. ¡Cuánta tontería! Niños que nacieron después de 34to litigio contra él están tristes como si se hubiera muerto su mascota. ¿Cómo pueden extrañarlo si cuando tenían edad para escucharlo ya su carrera estaba por el subsuelo?

Hay algunos que dicen que era una estrella más que humana. A esos les doy la razón, con tanta operación ya no parecía de este planeta.

Ahora, el cambio más grande que dio su imagen fue que el miércoles 24 seguía siendo el abusador de niños. El jueves se convirtió en leyenda. Todos corrieron a comprar sus discos que guardaban polvo desde hace años, mientras los especuladores gritaron ¡Amén!

Por eso cuando me enteré del deceso, me lamenté de la pérdida humana (o no) que representaba. Pero me lamenté más por la cantidad de chistes que de él se hacía. Desde este momento todas las bromas sobre blanco/negro, abuso infantil, torpeza y un largo etcétera se hicieron inapropiadas.

Bueno, eso fue hasta que escuché a un señor diciendo "Los angelitos se están tapando el cul*to porque Michael Jackson está subiendo". Como si él fuera al cielo.

Jackson fue el rey del pop. Un título que él mismo se dio. Así que puede tomarlo alguien más. Rey muerto, rey puesto. ¡Ave, Justin Timberlake!

Publicado el 3o de junio de 2oo9