El bautizo de Victoria Atonella



Cuando mi amiga Damarys me pidió que asistiera al bautizo de su pequeña hija de 7 meses, no pude resistirme. Ver a mis amistades de la universidad no es algo cotidiano para mí. Y cada oportunidad debo aprovecharla, que sino sé que me arrepiento.
Llegué a la iglesia y me reencontré con Damarys y su familia. Y de bono, con mi profesor Néstor, a quien no veía desde que me gradué en la universidad. En ese momento todo me pareció maravilloso y se me olvidaba por qué las iglesias me ponen tan incómodo.
El padre no estaba, así que la actividad sería oficiada por el diácono. Entramos y noté a otros bebés. Debimos esperar a que llegaran los padrinos de uno de ellos para comenzar.
Durante esa espera, entraron dos hombres con toda la apariencia de unos maleantes. "Me van a robar -pensé- Y no sé qué, porque no tengo mucho efectivo conmigo" Sin embargo, los ladrones se sentaron en el banco de adelante. Eran el padre y padrino de una de las criaturas. Eso me enseñó que uno no puede andar juzgando a los libros por sus portadas (aunque nunca está de más tener un poco de spray de pimienta)
Todo comenzó después de que llegaron los que hacían falta. Entonces, el diácono nos comenzó a regañar a todos. No me pareció una buena manera de comenzar y me recordé por qué me incomodan las iglesias. Lo peor no era el balde de agua fría, sino su mala dicción y proyección de voz. Me tenía que esforzar mucho para entender sus palabras, como para darme cuenta de que nos estaba reprendiendo.
Entre bronca y bronca, bautizó a los niños. Fue en ese instante en que comprendí por qué los bautizos se le realizan a una edad muy pequeña. Si a mí me preguntan a esta edad "¿Renuncias a los pecados?", mi obvia respuesta sería "¿Estás en drogas? Los pecados son la sal de la vida"
También debo decir que me alegro por la elección del nombre de la hija de Damarys. El hijo del maleante con cara de buena persona -o buena persona con cara de maleante, no me decido- estaba muy feo. Uno debe elegir el nombre correcto, preferiblemente en español, fácil de escribir y que no provoque burlas futuras. No voy a poner el nombre, porque de pronto lo lees y dices "Así se llama mi papá, desgraciado"
Terminó todo y Victoria Antonella se convirtió en una nueva católica. Y me despedí de mi profesor y de la familia de Damarys, quienes parecen nunca envejecer. Llevo nueve años conociéndolos y cada vez se ponen más jóvenes. Comienzo a pensar que son vampiros (no vi a ninguno tocar el agua bendita) Me fui con el deseo de que la próxima vez que entre a una iglesia no me regañen. Amén.

Enviado el 12 de febrero de 2o1o

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