Déjà vu

No hay nada como comenzar el día con energía. Sonreír y salir a descubrir lo que esas nuevas horas nos han de traer. A mí me gusta mucho comprar el periódico y pasear a mis perros. Siempre es agradable, excepto cuando se es perseguido por un enjambre de insectos.

Ya me había ocurrido el año pasado y en el mismo lugar, pero por algo dicen que el hombre es el único animal que comete el mismo error dos veces.

Lo cierto es que iba caminando feliz, pasé por debajo de un árbol y de pronto escuché un zumbido sospechoso. Lo siguiente que vi fue una gran cantidad de pegones bajando hacia mi cabellera.

Los pegones son un tipo de abejas que se introducen en la cabellera de la infortunada víctima y comienzan a buscar el cuero cabelludo para succionar su sangre. Todo sucede mientras sientes un inmenso dolor.

Mientras esos insectos maltrataban mi cuero cabelludo, quería arrancármelos todos. Eran muchos. Necesitaba ayuda y lo único que encontraba era la cara feliz del menor de mis perros. Quería correr, pero el mayor de mis canes sólo camina lento. Así que sólo les grité "Me duele mucho", mientras sacaba alas y pedazos de pegones de mi cabellos.

Arrastré a los caninos conmigo a la par que me quitaba a los bichos alados de encima. Por 4 cuadras tuve a los pegones conmigo. Cuando por fin logré quitármelos, estaba tan despeinado que parecía una caricatura asustada. Al momento de verme al espejo, sólo pensé "De nada vale arreglarse antes de salir de casa"

Una semana después, mi perro intentó llevarme al mismo lugar. Estuve a punto de hacerlo, pero luego me recordé de mi sufrimiento previo y le dije "No, no podemos pasar por ese lugar de nuevo. No mientras pueda recordarlo. Inténtalo el próximo año y seguro que caigo redondo de nuevo"

Publicado el 13 de julio de 2o1o