El poder de la negación


Alguna vez leí que no hay mayor poder que el de la negación. Es decir, aquellas personas que están negadas a ver la verdad. Se mienten constantemente y se creen una realidad inexistente. Es triste, pero cierto. Va desde la mujer que cree que su esposo no le monta los cachos así llegue bañado en perfume de mujer ("Quizás es travesti para ganar más dinero", parecieran pensar) hasta quienes no creen que están subiendo de peso.

Para ser más claro, después de someterme a una dieta para ganar kilos, mi ropa me quedaba un poco apretada. El problema es que la talla siguiente me quedaba grande. Así que entré en una suerte de limbo de la moda. Al tiempo, pareciera que nada podía quedarme bien.

Entonces, consternado por mi situación, se me ocurrió comentársela a un amigo. Él me contestó que estaba pasando por algo muy parecido, pero no era como yo pensaba "Es que la ropa la están haciendo cada vez con menos tela. La semana pasada me compré una camisa de mi talla y me quedaba apretada", me explicó.

¡Claro! El problema no soy yo y mi expansión física. Son esas malvadas corporaciones que buscan ahorrar dinero y hacen todo más pequeño. Supongo que su fin es que todos seamos delgados, huesudos, con ojeras y quizás alguna adicción (sexo, drogas y/o rock and roll)

De igual manera, puedo crear otras excusas para no aceptar la realidad. No estoy engordando, sino que todos los demás han adelgazado y crean un interesante contraste. Tampoco es que yo no sepa planchar, sino que la ropa me queda arrugada por culpa de la plancha. O mis entradas en el cabello no son tales, sino que mi frente está conquistando nuevos territorios.

Tú también puedes intentarlo. Las posibilidades son infinitas.
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Publicado el 14 de julio de 2013

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