¡Ya tengo mi plan b!


Ser comerciante en Venezuela puede ser un tanto difícil. Lo digo de primera mano. El detalle de que casi todo sea importado y conseguir los dólares es tarea titánica, enrarecen todo. Y yo no traigo mercancía del extranjero, así que soy un minorista. Es decir, el penúltimo en la cadena, antes del cliente final. Y con los controles de precios impuestos, todo puede suceder. Pero, yo tengo mi plan b

Lo primero que he pensado es que eso de vender computadoras está como pasando de moda, ¿cierto? Ya casi nadie las usa. Pero existe algo que todo mundo necesita: ropa interior.. amarilla. Es la mejor inversión en diciembre. La gente las usa porque creen que les da suerte ¡Jajaja! Tanto como jugar a la lotería

Lo segundo en cruzar mi mente fueron los fuegos artificiales. Por alguna razón las personas los compran para adornar el cielo.. por segundos. Y como diciembre es un mes de 31 días y cada noche dura horas, sacando la cuenta.. van a necesitar muchos. Es increíble cómo compran y compran, a sabiendas que es dinero perdido

Lo tercero que podría hacer es vender pinos canadienses. No entiendo por qué en esta tierra tan tropical los compran.. pero no es de mi incumbencia. Siempre y cuando los venda como pan caliente. Lo mejor de todo es que ya en enero están secos, así que deberán comprarse otro el año siguiente

Lo único que no vendería sería comida. Por estas fechas hay cosas muy sabrosas y yo soy muy glotón. No podría dejar de comerme la mercancía.

Por último, bien podría vender cosas que no sean importadas. Lo primero que pensé fue mi cuerpo. Sé que no es un artículo navideño, sino mucho mejor: para todo el año. Y hablo de darle uso hasta agotarlo. O lo que es lo mismo, abusarlo. Nada de poquito, que hay que aprovechar antes de que los años echen todo a perder. Voy a comenzar la venta con un riñón, a ver qué tal
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Publicado el 24 de noviembre de 2o13

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