Soy entrenador sexual

Hace algunos años, recuerdo haber visto a un muchacho con una franela que decía "Entrenador sexual, primera lección gratis" No sólo me pareció que no era graciosa, sino que era de muy mal gusto (y yo tengo una que dice "Confía en mí, soy virgen") Ahora, lo que no sabía es que realmente es una profesión. Es decir, hay gente que realmente se gana dinero con eso. Ya lo vi todo.

Me imagino que debe ser interesante, eso de presentarse y decir "Me llamo Ciro David y soy entrenador sexual" Además, sería más divertido que decir que soy periodista (todo el mundo te pregunta sobre política), informático (todos quieren que les arregles la computadora gratis) o empresario (quieren que les regales la mercancía)

Ahora, lo que sí me parece inquietante es cómo alguien se considera a sí mismo entrenador sexual. Es decir, debe tirar mucho y hacerlo bien. Pero exactamente, ¿cuál es la cantidad de parejas/orgasmos ajenos que debes lograr para graduarte y llevarte el título?

Además, ¿cómo comprueba esos dotes el consumidor? Nada de que es como el aire "no lo veo, pero sé que ahí está" ¿Debes acostarte con esa persona para certificar lo que dice o confías plenamente en su palabra?

Continuando, he leído que hay varios niveles de entrenamiento: es decir, 1) El que te ayuda a mejorar dándote consejos (un terapista de pareja, nada más), 2) El que te explica cómo usar juguetes sexuales (ya va ganándose el sueldo) y 3) El que te ve en pleno acto para dirigirte (el sueño de todo exhibicionista/voyeurista)

Lo que me impresiona es que quienes se dedican a eso, te alertan que te verán, pero no participarán. No es un trío. A mí me parece suficiente con que estén observando, como para que también quieran convertirse en integrantes de la banda. Si quieren mayor placer, que se compren unas palomitas de maíz/cotufas. Ese es el límite.

Para concluir, lo único que me inquieta es que las sesiones también puede ser individuales. Aquí sí que no entiendo ¿también te van a enseñar cómo hacerte la paja cantar a capella? Entonces, ahora sí que lo vi todo.
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Publicado el 19 de enero de 2o14