Compartir, verbo no sustantivo

Ser ignorante es algo serio porque el desconocimiento te deja siempre mal parado. Lo digo en ocasión de una reunión que tuve hace algunos días. Ellos lo llaman compartir. Lo que me hizo preguntar desde cuando compartir dejó de ser un verbo para ser un sustantivo. Cada vez que digo "Voy a un compartir" me siento como si fuera Tarzán.

Pero el hombre mono no tuvo que pasar por lo que pasé yo. Primero, asistí a un juego de Softball -por primera vez en mi vida- y no entendí nada. Digo, sí se parece al baseball, pero no es lo mismo, porque sino sería un juego de baseball, ¿no? No entiendo las diferencias, aparte del obvio tamaño de la pelota. Lo único que podía hacer era alegrarme, aunque exageré porque el equipo que debía apoyar perdió y yo todavía seguía alegre.

Lo peor llegó cuando tuve que jugar dominó, un arte hasta ahora desconocido por mí. Comencé diciendo que yo no sabía ganar y, sin embargo, gané. Mientras los otros jugadores me miraban con recelo y me decían "Tú sí sabes jugar, mentiroso" Pero en la segunda ronda no fue igual.

Cuando me cambiaron el compañero, me di cuenta que para jugar se necesitan habilidades adivinatorias. Mi compañero le decía a la competencia: "Tú tienes el dos". Y era cierto. Yo me quedaba anonadado, como un niño cuando ve un truco de magia. Pero perdimos. Entonces, mi compañero me dijo "Trancaste el juego. ¿No estabas constando las fichas?"

Fue en ese momento cuando me sentí más ignorante. No saber las reglas del juego era demasiado. Pero eso de que ese juego se trancara lo hice sin querer. Yo ni sabía que eso tenía puerta. Que me imagino debe ser la doble blanca. Tampoco vi ninguna llave. Juro que no había llaves en la caja. Y eso de que debía contar las fichas, me pareció el extremo. Si son 28 al principio, ¿no son 28 al final? Quienquiera que se llevara las fichas faltantes, también se llevó la llave.

Enviado originalmente el 23 de junio de 2oo8

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