Cualquiera de nosotros podría ganar

Un día iba con mi tía, camino a la casa, cuando se acercó un hombre repartiendo volantes. Estiré mi mano para tomar uno, cuando mi tía me preguntó "¿Tú vas a agarrar eso, a ver si tiene burundanga?" Yo la miré y le contesté que por qué no. Entonces al ver el papel, encontré un contenido mucho peor que cualquier sustancia psicotrópica.

En el panfleto, un hombre cargando a un niño en brazos y, al lado, una señora mayor mirándolos feliz. Debajo de esa imagen, "Vota por Paquito, tu alcalde" Pensaba que esa imagen del candidato cargando a un pequeño era algo obsoleto, demasiado trillado y usado. Algo que se había acabado con la IV República.

No entiendo, cuál es el mensaje, ¿que si alguien puede cargar a un niño es capaz de gerenciar un municipio? ¿qué tiene que ver una cosa con la otra? Si es así, entonces los requisitos para ser alcalde son muy básicos en mi pueblo. Yo puedo cargar a un niño, ¿debería lanzarme al ruedo político? ¿Y qué hay con la abuela, qué pito toca?

Todo candidato que se precie hace algo diferente para sobresalir del promedio. Por ejemplo, Chávez abraza a viejecitas sudadas y Carlos Andrés Pérez saltaba charquitos.

"¡Paquito!, pero qué nombre", dijo mi tía.

Y en ese momento hubiera preferido que ese papel hubiera tenido burundanga. Al menos así me habría dormido, me habría olvidado de tan mala campaña publicitaria y tendría algo interesante para contar.

Enviado originalmente el 28 de julio de 2oo8

No hay comentarios: