El periodista que quería estudiar

Un día me levanté con una idea en mente: iba a estudiar una segunda carrera. En aquel momento estudiaba Comunicación Social y estaba por garduarme. Pero después de hacer la tesis quedé tan agotado que pensé en darme un tiempo libre antes de comenzar a estudiar de nuevo. Desde entonces, han pasado casi tres años.

Otro día me levanté con una idea fija en la cabeza: era hora de comenzar a estudiar. El tiempo no me hace más joven (aunque así parezca) y si seguía esperando, me graduaría usando pañales. Investigué los lugares donde daban la carrera y me dije que debía decidir por el que tuviera las instalaciones adecuadas, los profesores formados y el costo más accesibe. Al final escogí uno por el precio y me fui a preguntar por lo que se necesitaba para entrar.

-Buenos días, -dije yo muy educado- vengo a solicitar información para los nuevo ingresos
-Sí, mira, -me respondió una señora mayor- aquí están los folletos con la información de los requerimientos necesarios para inscribirse, Tienes oportunidad hasta la próxima semana porque llegaste tarde.
-Ok, pero yo quiero saber si aquí están solicitando el número que está dando ahora el CNU
-¿Cuál número?
-Es uno que ahora entregan, y necesito saber si lo pieden para tramitarlo
-No sé de qué número hablas
-Es nuevo. Sirve para llevar un registro de dónde te inscribes para estudiar y si te retiras.
-No sé. A menos qué.. ¿te refieres a esto? -dijo al señalar un afiche enorme que estaba detrás de ella en el que se explicaba lo del número-
-Sí, a eso me refería
-No, no lo estamos solicitando. Sólo los documentos que dice el tríptico y que seas bachiller ¿eres bachiller?
-Sí
-¿Hace cuánto te graduaste?
-Ocho años
Pausa. La señora me mira con cara de decepción, como si no hubiera hecho nada desde entonces
-Pero yo estudié -dije- Yo soy periodista
-¿Y qué quieres estudiar?
-Voy a hacer el técnico medio en Informática
-No entiendo
-Voy a hacer el técnico medio en Informática
Sorda
-No, no entiendo por qué va a estudiar una carrera media si ya eres licenciado
Porque quiero
-No entiendo la pregunta -dije-
-Deberías estudiar un posgrado o un diplomado
-No existen, sino habría optado por ellos
-Debe existir alguno
-No para lo que yo quiero aprender
-Tu caso es raro, único. Es la primera vez que veo algo parecido. Dame tus datos. Nombre
-Ciro..
En ese momento apareció una profesora en la oficina
-María, -dijo la señora a la profesora- escucha esto. Él es licenciado en Administración y quiere estudiar informática
-Pero, qué importa -suelta María- Lo importante es que estudie. No importa de qué mano venga la educación, siempre y cuando llegue y lo haga feliz.
Exacto, la viejecita debería escuchar a la drogada que tiene al lado
-Estudia lo que quieras -me dijo María y se fue-
-Ajá, ¿cómo es tu nombre? -preguntó la señora, pero en ese momento apareció alguien más: Carlos, alguien que alguna vez fue mi jefe y que ahora está dedicado a la educación-
-Hola, Carlos ¿cómo estás? -le pregunté-
-Bien, ¿y tú qué haces aquí?
-Él, -interrumpió la señora- es licenciado en Contaduría y quiere hace un técnico medio
-Sí, -respondió Carlos- el señor es licenciado en Comunicación Social
Al fin alguien que la pega
-Pero, es muy extraño que alguien haga algo así. Lo normal es que sea al revés
¿Quién dijo que yo soy normal?
-Bueno, nos veremos en clases -se despidió Carlos-
-Yo te voy a pasar con el licenciado Juan Augusto para que tome tus datos.
El licenciado Juan Augusto es mi padrino, esperaba no necesitarlo
-Sabe, -le dije a la señora- el licenciado Juan Augusto es mi padrino
-Ah, pero lo hubieras dicho antes. ¡JUAN AUGUSTO, AQUÍ ESTÁ TU SOBRINO VÍCTOR. VEN A ATENDERLO!
-¿QUIÉN? -gritó mi padrino desde una oficina cercana
-¡VÍCTOR!
-¿Qué Víctor? -dijo mi padrino, mientras se aparecía en la oficina- Hola, Ciro. ¿Qué haces aquí?
-Quiero estudiar y vine a pedir los requerimientos
-¿Y por qué no me llamaste?
Porque esperaba no necesitarte. Lee mis pensamientos de más arriba
-No lo creí necesario
-¿Ya te entregaron el tríptico?
-Sí
-Bueno, pagas y te inscribes
-¿Y cuándo presento la prueba de ingreso?
-Aquí no hay pruebas de ingreso, entras si pagas la inscripción
-Interesante, como en la UBA

Y me fui, no sin antes despedirme de la señora de la entrada, quien me seguía mirando como si estuviera haciendo algo malo. Una mirada de decepción que ni un padre cuando encuentra a su hijo drogándose. Me quedan tres años de esa mirada. Debería hacer algo malo para merecerla. Esa es mi nueva idea en mente.

Enviado originalmente el o7 de octubre de 2oo8

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