Gemelos Fantásticos

Hay algo que los hijos únicos nunca podrán disfrutar: un hermano. Yo, que tengo tres hermanos lo puedo decir con emoción. De hecho, debería existir un día para celebrarlos.

Yo, que he admirado a pocos, siempre admiraré a mi hermana, a quien también respeto y me produce orgullo. Porque crecer con ella es una de las razones por la que soy como soy. Ella me enseñó a reírme de todo. Yo exageré al final.

Cuando maduras junto a alguien como ella, te das cuenta que la vida es más simple y feliz de lo que aparenta. En estos días nos acordamos de las loqueras que hacíamos cuando éramos niños. Un clásico de nuestra niñez era lavar a las lombrices de tierra, para luego devolverlas al pantano. Ahora, adultos los dos nos damos cuenta lo inútil que resultaba la operación. Las limpiabamos para que se ensuciaran. Pero soñábamos que ellas se sentían bien al estar tan pulcras por un momento.

Otra cosa que hacíamos para pasar nuestro tiempo era bautizar a las mariposas. De esa manera, cada una tenía un nombre y si moría no terminaría en en Limbo. Hay que recordar que la iglesia decidió retirar ese eslabón perdido hace poco. Nosotros nos sentíamos salvadores de las almas de las esas criaturas aladas.

Hoy en día, nosotros tenemos lo que llamamos "Tiempo de calidad fraternal", que no es otra cosa más que contarnos nuestras experiencias diarias y burlarnos de casi cualquier cosa, comenzando por nosotros mismos. Ella me dice que la debería respetar más, mientras yo le digo que no se lo ha ganado.

Tener una hermana así es de lo mejor, porque nuestra relación no es apestosa, como la que seguramente tú tienes con tus hermanos o hermanas. No, la nuestra es una relación más de amistad que de hermanos.

Sí, puedes tenernos envidia.

Enviado originalmente el o7 de julio de 2oo8

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