Gracias Cadafe por favores recibidos (II)

Mientras caminaba hacia Cadafe para pagar la cuenta del recibo, me puse a pensar en todos los beneficios que han traido los apagones de los últimos días. Yo a veces soy muy pesimista, pero desde que me encontré con Doris, decidí verle el lado positivo a la cosa.

Por ejemplo, el árabe de la esquina, quien vende electrodomésticos ha incrementado sus ventas. Esta semana, mientras compraba una nueva licuadora me ha dicho "Oh, Ciro Dabid, gracias a los abagones mis ganancias estan subiendo como la esbuma. Hoy he bendido tres neberas y dos labadoras". Me alegro por el árabe.

Mi interés por la astrononomía ha aumentado. Tanto ver las estrellas me ha hecho preguntar qué rayos estoy viendo en verdad. Todavía no entiendo nada y todas las galaxias me parecen lo mismo, pero lo estoy intentando.

Me compré una tinaja. Es un artefacto asombroso. Nuestras abuelas lo usaban para mantener frescas las cosas, qué tiempo aquellos. Ahora, me rindo ante el poder de la arcilla horneada.

Conozco más historias de terror. En la oscuridad, uno no puede conversar sobre cómo nos fue en el trabajo. Lo normal es hablar de aquella vez cuando se le apareció el fantasma al primo Rogelio, mientras ocurría un apagón. Lo que me lleva al siguiente punto.

Nunca antes había estado al tanto de cuántas diversas marcas de somníferos hay en el mercado. Sí, después de hablar de muertos y aparecidos, no puedo dormir bien. Pero ahora duermo bien gracias a la cantidad de pastillas que me compro. Me han dicho que hacen mal, pero prefiero eso a encontrarme a un muerto al borde de mi cama mientras intento dormir en una noche de oscuridad.

Estoy pensando en meterme a santero. Tantas velas prendidas en mi casa no pueden desperdiciarse sólo en iluminación. También pueden servir para adorar a algún nuevo dios.

Pero cuando llegué a la oficina. Me encontré con una larga cola. Pregunté y me dijeron que, después de tantos apagones, las computadoras de Cadafe se estaban dañando y el sistema estaba medio lento y atendían a pocas personas por día.

En ese momento, no pude dejar de sonreír. Si a ellos se les dañan los equipos, eso debe ser lo que llaman karma, pensé.

Enviado originalmente el o5 de mayo de 2008

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