La venganza de la vaca lechera

Un día cualquiera estaba escuchando la radio -algo a lo que no estoy acostumbrado- y oí algo muy interesante. Una mujer le comentaba a su compañero que un cocinero suizo planeaba hacer platos con leche materna, pues es más nutritiva que la de vaca. Mi primera reacción fue de asco.

La idea comenzó a dar vueltas en mi cabeza y se me ocurrió que esto era obra de alguna vaca lechera que se encuentra en un puesto gerencial de algún laboratorio. Por supuesto nadie se había dado cuenta de que era una vaca, como en aquella caricatura Kikiribú (de Animaniacs, un gallo que se hacía pasar por una persona. La canción decía algo así como "No eres humano, quieres ser humano, pero no eres un hombre: eres Kikiribú) Y la vaca en cuestión había estado planeando vengarse de la raza humana y su plan resultó cuando algún drogado aceptó financiar el proyecto.

Deseché todo por completo al final, estaba como muy rebuscada la idea. Empecé a pensar qué mujer dejaría de alimentar a su hijo para que algún cocinero la sirva en sopa. Entonces, comencé a investigar, porque ya la cosa se ponía interesante. Y encontré que algunas mujeres darían su leche a niños hambrientos, pero jamás para ser cocida en algún plato.

La solución obvia es que el cocinero se especialice en comida para infantes.

Mientras, algunos dijeron que probarían la comida sólo si se cuida la higiene. Eso deja por fuera a las mujeres no se bañan antes de amamantar. La respuesta está en bañarlas primero, cocinar después.

Asimismo, una mujer de 28 años comentó con asombro que jamás comería algo así, porque la leche materna es algo íntimo. Esta señora seguro que no ha visto a las madres que se ponen a dar leche a sus hijos en cualquier sitio, a cualquier hora, mientras todos miran. Supongo que la señora en cuestión se pone un baby doll y enciende unas velas aromáticas antes de darle de comer a sus hijos.

Por otro lado, un señor de 26 años aseveró que jamás probaría la leche de ninguna mujer porque le causaría indigestión, a menos que fuera la de su mujer, claro está. Aquí hay que pensarlo, ¿ese señor le está quitando el alimento a su hijo? ¿no es suficiente que su pobre mujer le tenga que dar de comer a un bebé, que probablemente le succiona hasta las ganas de vivir, como para que venga el infeliz de su marido a pedirle más leche sólo para él?

Ante el ataque, el cocinero se ha defendido diciendo que la identidad de las donadoras quedaría en completo anonimato. Sería terrible que, mientras comes una torta de queso con fresas, el mesero se acerque y te diga "¿Ve a esa gordita sudada de allá, la de la verruguita en el labio? Ella donó la leche con la que hicimos el queso"

Por último, las autoridades han declarado que no es lógica la idea porque los humanos no están en la lista de los productores de leche -como las vacas o las ovejas-, aunque tampoco están en la lista de prohibidos, como los monos. Lástima, seguro que el yogur de mono debe ser de-li-cio-so.

Enviado originalmente el 22 de septiembre de 2oo8

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