Chávez: ven a mi casa

El día 24 de junio estaba yo en camino hacia la odontóloga cuando me di cuenta de algo extraño. Las calles estaban limpias y había tropas de personas pintando las aceras. Todo parecía salido de un cuento de hadas. La ciudad lucía una cara agradable, como cuando es navidad.

Pero no era navidad. Era la reunión del Alba lo que generó tanta limpieza alrededor. No era una necesidad en los gobernantes de ver las calles limpias. Era la necesidad de aparentar que la ciudad es inigualable frente a otros presidentes.

Por eso, he comenzado una cruzada para que la próxima reunión del Alba no sólo se lleve a cabo en Venezuela, sino que se haga en mi pueblo. Les presto mi casa si les da la gana, si no tienen un lugar de encuentro.

Sí, así las calles de mi pueblo podrían verse limpias. Los huecos de las calles desaparecerían. Incluso la gente se vería más agradable. Olería a fresco y los árboles serían verdes.

No me importa si es sólo por un momento. No me importa si es sólo para aparentar. Las calles de mi pueblo necesitan buena iluminación. Los malandros se disfrazarían de caballeros. Los buhoneros conseguirían por fin una estructura para vender cuyas paredes estén hechas de ladrillos y no de rejillas de metal.

Es más, hagan todas las reuniones que quieran. Propongo una al mes. Sería bueno que mi pueblo se viera bien de vez en cuando.

Enviado el 14 de julio de 2oo9