Receta para una telenovela rosa


Lo he aprendido todo después de ver todas las que hizo Thalia. Hacer una telenovela rosa no es fácil, ni tampoco difícil si pones atención. Sólo necesitas estos ingredientes:
Una protagonista estúpida. Una muchacha de 20 años (interpretado por una actriz de 30 con operaciones hasta en las pestañas). Ella es pobre y muy buena gente. Con la confianza propia de un niño de tres años. Siempre cae en todas las trampas.
Una mala muy mala. Sí, acartonada ella. Con un peinado muy extraño y maquillada de noche (así sea al levantarse) Ella odiará a la protagonista por una de dos razones: a) es la madre y no quiere que su hijo se case con una chusma, o b) es la ex del protagonista y se niega a perder a su amor.
Un protagonista ricachón. Nacido en cuna de oro. Él se la pasa en un mundo de mucho dinero, pero un día se topa con la protagonista. Ese momento ¡oh! se enamoran a primera vista. No mencioné que ella vende flores en la calle. Sabes, eso que pasa todos los días.
El hijo de la protagonista. Un niño irremediablemente rubio que se perderá en el capítulo 38 -ese hecho podría volver loca a la protagonista, pero al padre nunca- El pequeño se topará a su padre y madre durante el resto de la telenovela, sin notar que son familia. Hasta que se dan cuenta faltando dos minutos para el final.
La carcelera. Después de la pérdida del hijo, la mala logrará una treta para que crean que la protagonista es una ladrona. Se la llevan presa y termina en una cárcel con una carcelera que la odia porque es bonita. Mientras, las compañeras de celda no serán malvadas, sino que serán grandes amigas que la ayudarán. Hasta que sale de la cárcel y nunca las vuelve a visitar.
El padre de la protagonista. Aparece con una billetera abultada porque ella siempre (¡sorpresa!) fue millonaria. Ella lo perdona porque es buena gente. No guarda rencor la muchacha. No es de esas personas que dice "¿Me dejaste toda la vida y ahora vienes a pedir perdón, maldito desgraciado?"
Un fantasma. No es común, pero en ocasiones aparece. Habla con los personajes, como si fuera la voz de la conciencia. Ninguno nunca llega a pensar en contratar a un espiritista. Viven felices con su muerto parlanchín.
Adolescentes. Papeles que serán interpretados por adultos de treinta y tantos. Sin importar si el personaje tenga trece o veinte años. Y sí, pueden ser mayores que la protagonista. Aunque sea ésta la madre del adolescente. Serán personajes tan naturales como los clichés que existan: nerd y rebelde con cabello verde.
Una ama de llaves. Trabajará para la madre del protagonista. Es la encargada de guardar las llaves y algo más: un terrible secreto. La madre del protagonista no es la madre del protagonista, sino ella. Lo entregó a la madre del protagonista hace mucho tiempo en adopción, porque ella (la ama de llaves) era pobre. Pero se quedó sirviéndole para vigilarlo todo el tiempo. Psicótica, ¿no?
Un médico. Y es multiuso, el mismo médico es oncólogo, pediatra, cirujano plástico, oftalmólogo, otorrinolaringólogo y partero. Todo en uno.
Una bruja. Le dictará el camino a la protagonista, cuando ésta pierda la memoria en el capítulo 73.
Un psicólogo. Nunca ha sido introducido. Pero después de que los protagonistas se den cuenta de que son medios hermanos nunca terminan locos. Es decir ¿te besaste, tiraste y tuviste un hijo con tu hermano y ni una cita con el psicólogo?
Una escalera. Sino, ¿por dónde va a caer la protagonista cuando esté embarazada?
Una silla de ruedas. Si ya se cayó, quedó paralítica, amnésica, muda, ciega, sorda, desfigurada y pelona. La curará el médico multiusos.
Creo que es todo. Mezcla los ingredientes y sírvelos en 120 capítulos. Entonces, pondrás el último ingrediente último: la palabra Fin, mientras los protagonistas corren abrazados por una pradera mientras se besan. Como sacado de la vida real.

Enviado originalmente el 15 de septiembre de 2oo9

5 comentarios:

Anónimo dijo...

jajaja mucha mucha razon, eh las clases de guionismo que he llevado salen formulas muy parecidas a lo que describes.... cierto o no...lo malo es que la gente (almenos en mexico) consumen tanta porqueria les pongas enfrente....

Ofelia dijo...

jejeje muy bueno, la verdad es que en mexico contamos con muchas telenovelas rosas.
:D

Feliz fin de semana, saludos.

Ciro David dijo...

En México y en toda Latino América. Lo más increíble es que la historia la cuentan mil veces y las personas la disfrutan igual. Supongo que después de todo la televisión (y sus telenovelas) sí es un escape para muchos.

Juntas pero no revueltas. dijo...

Mi madre está enganchadísima a los "culebrones" jejejeje, yo me acuso de haber visto Cristal y tal cual lo que describes...
Está claro que el tópico del principe azul funciona y que el machismo latino no se erradica tan facilmente...Además en las mujeres no hay terminos medios: malísimas o de tan buenas, ñoñas perdidas...
De todas formas si la telenovela sigue funcionando debían aprovechar y dar a conocer historias de la literatura universal.
Aquí están emitiendo "Dña.Barbara" de Romulos Gallegos, imagino que no se parecerá mucho a la novela, pero al menos la gente conoce que existió un autor llamado así y escribió esa hermosa historia.
Saludos afectuosos, Alondra

Angie dijo...

Ay Dios que divertido tu analisis la verdad es que la telenovelas son algo que sencillamente no entiendo todas repiten el mismo patron y las mujeres que las ven la verdad pues no tienen cerebro para darse cuenta que al final la protagonista se queda con él despues de muchos problemas podrian ser mas originales y que ella lo deje a el en el ultimo minutos por un amor de su infancia ????

Odio las telenovelas son demasiados cursi prefiero los dramas coreanos