El alfiler y la lluvia



Cuando tomé el alfiler en mis manos, noté que se rompió y el extremo se clavó en mi dedo pulgar. Me fijé en la punta inmersa en mi piel y noté como estaba de oxidado el metal. No había dolor, pero podía darme tétanos.

Le avisé a mi hermana, como quien dice "Oye, me tomé un vaso de agua" ¿O se dice con agua? No sé. Lo cierto es que mi hermana me regañó porque me lo estaba tomando a la ligera. Pero yo sé muy bien de qué va todo y no podía imaginarme a la gente alrededor de mi urna diciendo "Se murió de tétanos.. ¡en el siglo XXI!"

Llamé a mi madre, quien me aconsejó que me inyectara inmediatamente. Así que fui a la farmacia. No había donde estacionar cerca, así que tuve que dejar el carro dos cuadras más lejos de lo debido. Apenas me bajé del carro, comenzó a caer una llovizna. "Nada grave", pensé.

Pedí la toxoide y la muchacha en la farmacia me dijo "Tienes que llevarla en algo frío, ¿tienes un vaso con hielo?" Como no soy mago (aunque soñé con serlo de niño, a pesar de lo patético que suena), pues no pude sacar de mi bolsillo nada de lo que pedía ella. Pero al frente queda un restaurante. Solamente tenía que cruzar la calle.

Todo se veía muy fácil, salvo el detalle es que la llovizna se había convertido en una lluvia muy fuerte. Me mojé por completo para comprar el vaso con hielo y me empapé al regresar a la farmacia. Me dieron la inyección y salí del lugar.

Había dejado de llover, pero igual estaba mojado y los charcos me llenaban los zapatos de agua sucia. Y como había dejado el carro muy lejos, pues iba maldiciendo por todo el camino. Al final pude llegar a donde estaba mi hermana.

Luego, yo estaba nervioso porque ella me iba a inyectar y ella estaba nerviosa porque yo lo estaba también. Después de reírnos, me colocó la toxoide y me dolió por los siguientes dos días. Actualmente no tengo tétanos y, como escuché que uno debe agradecer al sol y a la lluvia, entonces he decidido reconocer que sin ella (y sin el alfiler oxidado) no habría podido escribir esta confesión y no tendría unos nuevos hongos en mis pies.

Publicado el 18 de noviembre de 2o1o

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