Oculus reparo


Me levanté tardísimo y cuando fui a buscar los lentes para ver mejor, no los encontré. Suponía que estaban en el piso, así que me puse a buscarlos con lo que me quedaba de vista gracias a la miopía. Con mucho cuidado, daba los pasos hasta que escuché un sonido algo así como "crack". Comencé a pensar "Que no sea, que no sea" Pero la ley de Murphy nunca falla.

La buena noticia es que los había encontrado, la mala es que los había aplastado. Acerqué los maltrechos aparatos a mis ojos para detallarlos. Había roto un cristal y las almohadillas.. y las patas se habían terminado de torcer. En ese momento me recordé lo gracioso que era cuando le sucedía a Vilma, la de Scooby Doo. Pues, no es tan chistoso cuando ocurre en la vida real.

Pero no todo estaba perdido. Si la serie de libros de Harry Potter me ha enseñado algo es que nada es imposible. Así, usé el hechizo "Oculus Reparo". Aunque debo decir que nada sucedió. Estoy comenzando a pensar que soy un muggle.

Fui a la óptica, donde me dijeron que tardarían dos semanas en hacerme el nuevo par. Desesperado ante quince días de ceguera, pregunté si podía usar lentes de contacto. Me dijeron que sí y comencé a tenerlos.

Lo bueno de ellos es que son súper cómodos y se ven las cosas con mayor claridad. Lo malo es que ante un ventarrón, entra el polvo a tus ojos y que si los llego a pisar, difícilmente llegue a notarlo.. a menos que sí sea un mago. Espero pronto la carta de Hogwarts.
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Publicado el 1o de marzo de 2o11

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