10 razones para ser mamá


Ser madre debe ser una de las cosas más hermosas que existen en este mundo. Nunca lo sabré con certeza, pero puedo apostar a que sí. La maternidad comienza en el preciso momento de la gestión, cuando esa criaturita empieza a crecer en el vientre y entonces:

1. Vienen las náuseas matutinas. Sí, esas ganas de vomitar que se presentan al despertar.. o al comer, al oler algo, al caminar, al descansar, al leer, al ver televisión, al dormir, al cepillarte los dientes y, por sobre todas las cosas, al respirar.

2. Llegan esos antojos. Hay mujeres a las que no les dan. Pero para establecer un equilibrio en el universo, hay algunas a las que les da por dos y hasta por tres. Puede ser algo delicioso, como el chocolate; natural, como una fruta; o asqueroso como la tierra.

3. El cambio de vestimenta.
Ya no son las mamacitas, sino las madres a secas. Adiós a las curvas seductoras, bienvenidas las estrías. Nada de ropa que resalte la belleza, sino que sea cómoda. Hay quienes se visten como si vivieran en la fábrica de chocolate de Willie Wonka y estuvieran aplicando para Oompa Loompa. Otras deciden un aspecto más regular.

4. Calor.
Sí, no hay nada que calme esa temperatura corporal. Comienzan los deseos de vivir en la ducha y de estar vestida solamente con ropa interior. Cosa que no se debe hacer, sobre todo si se está fuera del hogar.

5. Tu amiga, la vejiga.
El bebé crece y comienzan a tomar a tu vejiga como almohada. El resultado son las ganas de orinar constante. Y con el tiempo pasa algo mejor: al estornudar o toser, puedes miccionar un poco.

6. Una nueva forma de caminar.
¿Recuerdas cuando al pasar entre un montón de personas, todas volteaban para verte mejor? Algo así pasa, con la diferencia de que antes lo hacían porque eras una bomba sensual y ahora una bomba por estallar. Ese dolor de espalda te hace caminar un poco torcida y con las piernas abiertas.

7. Todos te quieren tocar.
Es regla general: todos quieren meterte mano.. o, mejor dicho, meterle mano a tu abdomen. Te ven y saludan a tu barriga. Dicen "Hola" y acto seguido te ponen la mano encima. La soban y la soban. A mí me incomoda muchísimo sólo verlo. No me imagino sufrirlo.

8. Tienes los senos que querías.
Grandes, como siempre lo soñaste y sin necesidad de hacer cita con el cirujano plástico. Claro que a eso lo acompaña la retención de líquido que hace crecer tus pies en igual proporción.

9. Esos cambios de humores.
Odias a medio mundo. Todo te desagrada. Tienes ganas de llorar constante. Las tres cosas pueden suceder al mismo tiempo. Hay incluso mujeres que odian a alguien en especial, como a su marido, por ejemplo.

10. Nada vuelve a ser lo mismo.
Después de los meses de espera, un día llega el bebé a tus brazos. Lo miras y te das cuenta que la maternidad apenas comienza.
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Publicado el o5 de mayo de 2o11

1 comentario:

Laura Carvajal dijo...

Y eso que te faltaron algunos detalles de lo más desagradables por mencionar, pero mejor así.
Me gustó tu post!

Saludos