Receta para la paranoia


Estaba almorzando un cono pizza (el nombre lo dice todo: una pizza con forma de cono), cuando comenzó a sonar algo como "pssssssssst" Me preocupé un momento y le pregunté a quien me acompañaba de dónde provenía ese sonido. Entonces me señaló la panadería dentro de un supermercado cerca de donde estábamos sentados.

Era un escape de agua, pero el sonido era potente. En pocos segundos el sonido y el chorro de agua se hicieron más fuertes. De pronto, una de las trabajadoras del lugar comenzó a gritar. Era un alarido de terror, como si el mundo se fuera a acabar.

La gente comenzó a gritar también. No sé si creían que era un escape de gas u otra cosa, pero fue en ese momento cuando la cosa se puso buena. Todos comenzaron a correr y a gritar. Dejaron los carritos en las cajas con la comida que iban a comprar.

De pronto, frente a la avalancha de gente, los locales cercanos comenzaron a cerrar y los dependientes a salir en estampida -gritando, por supuesto- Yo lo veía todo desde la barrera, sorprendido por el efecto de un chorro de agua, un inofensivo chorro de agua.

En cuestión de tres minutos, el lugar estaba desierto. Terminé de comer y boté la basura en su lugar mientras veía como un señor (asumo que el encargado del supermercado o cualquiera con un poco de sentido común) cerró la llave de paso de agua. Dejó de hacer ruido y todos felices.

Del hecho, me quedaron dos lecciones: 1) si una persona grita con desesperación, otras la seguirán y 2) esas personas eran Gremlins
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Publicado el o5 de mayo de 2o11

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