Por delante un museo


Cuando era niño, mi papá me dijo que había mujeres que "por atrás eran un liceo y por delante un museo" Es decir, que se veían muy jóvenes de espalda.. hasta que volteaban y te dabas cuenta de que estaban bastante maltratadas por la vida. Nada como las enseñanzas paternas, ¿eh?

A mi amiga Maya le pasa algo parecido. Con la excepción de que ella no está vieja, sino embarazada. Por detrás, se le ve su cuerpo en buen estado y por delante se nota que está en estado. Ahora, lo interesante es que sus compañeras de trabajo no se alegran por eso, sobre todo las que siguen peleando con el peso post parto de hace diez años.

La miran con recelo y con son sonrisas poco naturales, mientras dicen "¡Qué bueno que no engordaste con el embarazo!" Aunque se nota que piensan y desean lo contrario, pues saben que Maya no tendrá que hacer dieta luego.

Es increíble como algunas personas son incapaces de sentir empatía en absoluto. Si alguien ha logrado algo bueno, tratan de desacreditar lo hecho.  Y no hablo solamente de que alguien no engorde durante el embarazo. También se deben incluir éxitos laborales, monetarios, académicos y un largo etcétera.

Es hora de ejercitar eso de la alegría por lo ajeno. Si a alguien le pasa algo favorable, hay que compartir la felicidad. Al final de cuentas, deseamos que nos suceda igual cuando seamos los exitosos. Esto último suena a autoayuda barata, pero es tan cierto como lo que me enseñó mi padre.
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Publicado el 12 de abril de 2o12

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