Pendejo: ser o parecer


Eso de ser pendejo es normal en el ser humano. A algunos se les da de manera natural. Nacen pendejos y nada se le puede hacer. Por otra parte, están los que son pendejos selectivos, es decir, que no lo son, sino que se hacen. A veces, ambos se unen en una hermosa relación simbiótica. Para ser más explicativo, lo ilustraré con un ejemplo:

Tengo una amiga cuyo novio es gay. No voy a revelar su nombre (cuti-M, cuti-ejor no lo digo) Todas las acciones que el niño comete lo delatan (¿Pendiente del tatuaje de Justin Bieber? ¿Feliz de que la cartera  y el vestido de mi amiga combinen? ¿Le mete mano y se bucea a los hombres? Se llevó la medalla de oro) Sin embargo, mi amiga M no se da cuenta. Es una pendeja. La quiero muchísimo, pero es una pendeja. Natural, por cierto, como si lo llevara en sus cromosomas.

El nombre de su novio tampoco lo escribiré (cuti-F, cuti-rancamente sería inapropiado). Pero sí diré que lo enfrenté, para que dejara la farsa. Si quiere mentirle a alguien, pues que no sea a mi amiga. No es justo que se aproveche de ella para tener una aceptación social irreal. Él se hizo el desentendido. De pronto, no sabía de lo que hablaba. ¿Que él qué? Yo debía estar confundido (Sí, claro, ver a Rihanna cantando en un liguero y que él sólo le preste atención a los lentes de la cantante, es totalmente heterosexual. Eso y que su mejor defensa haya sido "llevamos poco tiempo saliendo") Este muchacho es pendejo selectivo, es decir, se hace el pendejo cuando le conviene.

Mi amiga Mileidys (no es la víctima, afortunadamente) me ha dicho que para enamorarse hay que ser pendejo. Al principio rechacé su teoría, me parecía absurda. Con el tiempo la he ido aceptando. Quizás sí es necesario tener un nivel de pendejera no sólo para el amor, sino para cada cosa en la vida, así sea sólo por selección. Esto le ocurre a las mujeres que se niegan a aceptar que su marido las engaña, que sus hijos nunca se han portado tan bien como ellas quisieran, a los que dan sus datos bancarios por teléfono y a Linus van Pelt cada vez que espera la Gran Calabaza.

Como se puede ver, para ser pendejo no se necesita de grandes habilidades: 1) hacerse el desentendido; 2) no prestarle atención a las señas; 3) vivir en las nubes; 4) ver muchas telenovelas mexicanas con Thalía; 5) negar siempre la verdad -así te abofetee continuamente-; 6) tener la cara también ayuda mucho. Para no serlo, pues obviamente hacer todo lo contrario.

Por mi parte, yo espero que mi amiga M un día -no muy lejano- una los puntos y se dé cuenta de que la están estafando.  A menos que sepa toda la verdad o se niegue a aceptarla, en ese caso los dos se merecen mutuamente. Con el tiempo, tanto M como F conseguirán novios, serán felices y se dejarán de pendejeras. Y que no se sienta mal: todos hemos sido pendejos en un momento de nuestras vidas.
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Publicado el o7 de enero de 2o13

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