Tipos de personas en baños públicos


No sé a ciencia cierta si las personas se comportan igual en los baños públicos que en su casa. Pero, dependiendo del lugar, la fecha, la posición de la luna y el color de las paredes, te puedes encontrar con las siguientes personas:

El que dispara sin apuntar. ¿Alguna vez viste una caricatura en la que los personajes tomaban una manguera y no la podían controlar? Algo así deben tener estas personas dentro de sus pantalones. El piso, paredes y, en algunos -vergonzosos- casos, el techo terminan bañados con todo.

El-que-no-sabe-para-qué-es-la-palanca. Para informar y, como parte de un servicio público de este blog, una palanca es aquello con que se baja el inodoro. Úsenlo por el bien de los demás.

Lavamanos-o-piscina. Estos se lavan las manos y salpican todo con agua. Hay casos en los que dejan un charco en los que todos nos podríamos bañar.. si no fuera poco adecuado hacerlo en un baño público.

Prefiero morir de inmundicia. Al contrario de los que se bañan cuando se lavan las manos, están los que no lo hacen nunca. Es como si los lavamanos fueran invisibles para ellos. Después los ves tomarle la mano a su amor, quien se secará el sudor de la cara con esa misma mano, se rascará un ojo y se mojará con saliva un dedo para pasar las páginas de un libro.

La estrella del lugar. Usa el baño como camerino. Se cambia de ropa en el lugar, se perfuma y sale en perfecto estado para la función.

El cantante frustrado. Hay personas que cantan mientras se duchan, otras mientras conducen y quienes lo hacen mientras orinan. Es extraño, muy extraño. Sobre todo en los casos en que entrar cantando, orinan cantando, se lavan las manos cantando, se secan las manos cantando y se van, obviamente, cantando.

El destructor del planeta. Son personas cansadas del discurso ecológico. En un momento de hastío, se vengan de todos acabando con el papel para secarse las manos. Puede ser eso, o son pulpos terrestres y, por tanto, tienen mucho que secar.

Los inseparables. Son dos o más personas que entran conversando. Cada cual toma su camino: uno va al urinario, el otro va a un cubículo y el otro solamente se quería lavar las manos. Al separarse, no dejan de hablar. Como están más separados, charlan a un mayor volumen y todos nos enteramos de lo que dicen (y no nos importa)

Mi casa es tu casa. Se comportan como si se encontraran en la comodidad de su hogar: hacen mucho ruido, producen mucho olor y le buscan conversación a todo el mundo.

El urgentado. Tiene una emergencia urinaria y tiene que ir al baño ya. Lástima que todos los cubículos están ocupados y deberá esperar a que se libere uno, mientras su vejiga intenta explotar.
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Publicado el 28 de julio de 2o13

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