Solos tú y yo.. y tu teléfono


¿Sabes qué es agradable? Mantenerse en contacto con las amistades. Tras nueve meses sin ver a un amigo, quedamos en comer hamburguesas. Después de todo, nada es mejor que taparse las arterias para conmemorar un reencuentro.

¿Sabes qué es desagradable? Intentar ponerte al día con alguien que está conversando con otros. No soy de las personas que están constantemente pendiente del celular, por educación (o porque nunca nadie me llama, lo que ocurra primero) El detalle es que no todos piensan igual.

-Uno de estos días te voy a presentar a un amigo mío que se parece a ti -le comenté a mi amigo, al encontrarnos-
-Ajá -respondió, mientras escribía en su teléfono-
-Es tu vecino. Se llama Darío. Trabajábamos juntos
-Mmmm.. -ni me miró-
-La próxima semana tiene una fiesta. Te podría llevar
-¿Cómo dijiste que se llama?
-Darío
-No lo conozco
-Claro que no lo conoces. Trabajaba conmigo. Si fuera así, me lo hubieras dicho
-Yo conozco a un.. -no terminó la oración por tomar su teléfono- ¡Jajajaja! Me mandaron un chiste
-¿Tú conoces a un..?
-Conozco a un Darío, pero.. -siguió con el aparato-
-¿Pero qué?
-Pero no es mi vecino
-¿Te das cuenta que el comentario es irrelevante?
-No, no lo.. -el teléfono sonó y se levantó- Aló..
-¿Sabes qué vi hoy? -le conté cuando terminó de conversar- Una imagen de una caja que ponen en los restaurantes. Es para guardar los teléfonos. Y tiene un texto que dice "El primero en agarrarlo, paga la cuenta"
-Interesante
-Sí, si la tuviera aquí te tocaría pagar
-¡Jajaja! Bueno, voy a ponerlo en silencio
-¿Y qué tal el trabajo?
El aparato comenzó a vibrar, produciendo un sonido muy alejado de la quietud. Era tan molesto
-Creo que en silencio es más sonoro -le confesé-
-Es un mensaje. Es que tengo un amigo que está en reposo por un accidente que tuvo y sólo puede escribir mensajes
-¿Entonces debo sufrir un accidente para charlar contigo?
-¡Jajaja! Voy a contestar lo que escribió
-Y he decidido hacerme un tatuaje gigante en la cara sólo para llamar la atención de los demás
-¿Perdón, -despegó la mirada de la pantalla de su celular- dijiste algo de un tatuaje?
-No, nada. Mira, ya vienen las hamburguesas ¡Justo a tiempo! Tengo tanta hambre
-Amigo, -le dijo al camarero- póngalas para llevar, que nos tenemos que ir
-¡Cómo! -me sorprendí- Apenas llegamos
-Sí, pero la llamada que recibí es de una tía que llegó a mi casa recién. Le dije que pasara antes, pero no lo hizo
-¿Y vamos a comer en tu casa?
-No. Yo voy a comer en mi casa, tú en la tuya
-Eres la peor persona en el mundo -suspiré-
-¡Jajaja! No lo soy. El lunes paso por tu trabajo y conversamos -se despidió-

No pasó a conversar (y tampoco pagó mi comida)
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Publicado el o4 de agosto de 2o13

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