Perdiendo mi juventud en el banco


Odio ir a los bancos. Haces cola, escuchas a mucha gente quejarse y pierdes un tiempo considerable que nunca volverá. Pero de vez en cuando toca hacerlo. Resignado, me fui a cambiar una tarjeta de débito vencida. Llegué temprano, para irme temprano. Me tocó el ticket 518.

Me senté con un libro a leer, mientras pasaba el tiempo. Cada tanto, pasaba el vigilante a regañar a todos. El señor en cuestión no permitía que nadie sacara el teléfono celular. Yo entiendo que no se puedan hacer llamadas, pero tampoco se podían contestar mensajes. Me llegó un mensaje como a las 9 am que no pude leer, sino hasta que salí a eso de la 1.30 pm.

Sentadas detrás de mí, estaban unas señoras que, según su conversación, no se conocían pero siempre se encontraban en ese banco. Normalmente no presto atención a las conversaciones ajenas. Sin embargo, en este caso las dos damas estaban lejos una de otra y se gritaban. Todos nos enteramos de todo lo que se decían.

Mientras muchos se quejaban de la lentitud de los ejecutivos de negocios, seguía pasando el vigilante y yo continuaba leyendo. De pronto, sentí que el aire acondicionado del lugar estaba muy bajo. La temperatura estaba muy fría y yo me fui con una franela apenas. Pensé que no podía estar peor, hasta que sentí algo en la punta de mi nariz: el frío me estaba aflojando los mocos.

Era algo incómodo, pero podía sobrevivir. En eso, escuché como una señora le dijo a otra: "No, su ticket comienza por S y a atienden por la taquilla 1. Los que comienzan por la letra O vamos con los ejecutivos" Pobre señora, había pasado 4 horas en la cola equivocada. Era trágico, sí. Pero también un poco gracioso. Pobre señora pendej.. un momento.. ¡Mi ticket comenzaba por la letra S! ¡Oh, no! Yo también hice la cola errada.

Tomé otro ticket y me di cuenta de que debía haber pasado 3 horas y media antes. Era triste, pero no me iba a ir hasta que me atendieran.

De pronto, llegó un vecino al que le caigo mal. Yo nunca le he hecho nada y siempre me tuerce los ojos. Aunque debo admitir que poco me importaba.. hasta saber que él atendía la taquilla 1. Veinte minutos después, el vecino tomó la planilla que había llenado, me dijo que lo había hecho todo mal, me torció los ojos como costumbre, me entregó otra planilla y me dijo que pasara en 20 días hábiles. No puedo esperar el momento de repetirlo todo.
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Publicado el 25 de agosto de 2o13

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