Soy conductor designado.. nunca el ebrio

Cuando un grupo de amigos salen a beber, siempre hay uno que debe conducir. Se le llama conductor resignado designado. Yo siento lástima por ese amigo que ve como los demás disfrutan y beben, mientras él (o ella) se sienta a tomar Coca Cola o agua. Es un trabajo de valientes.

Y sí, yo soy siempre un conductor designado. Ahora, el problema no es serlo. Es decir, es un papel importante: evita accidentes innecesarios. El detalle es que, no sé en qué momento a mí me tocó de manera vitalicia. Asumo que no asistí al sorteo o algo así.

Cuando mis amistades y yo salimos, todos dicen "¡Sí!", seguido de "¡Ciro maneja!". Y honestamente he intentado zafarme de la tarea. Inútilmente todo el tiempo.

Así como hay mujeres que dicen que son "siempre madrinas de la boda, nunca la novia" Bueno, yo soy siempre el conductor designado, nunca el borracho.

Aunque el trabajo de llevar a tus amigos sanos a sus casas es algo agradable, que te llena el ego.. hay algo interesante. Los llevas sobrios y los traes borrachos. Y es molesto tener una conversación con un borracho, cuando uno está sobrio. Es decir, te das cuenta de que nada de lo que dicen tiene sentido o importancia.

Agrégale a eso que no todo el mundo se comporta de igual forma después de unos tragos. No es lo mismo tratar con el consejero que con el llorón. También está quien no puede sentir el olor de la gasolina porque se duerme, quien se pone a bailar, el que se pone a confesar sus intimidades o el que se quiere desnudar. Y si los combinas, el resultado puede ser muy malo.

Además, todos ensucian y nadie limpia el carro.

Por eso, de ahora en adelante voy a tener un marcador indeleble en el carro. Y sí, los llevaré a salvo y con un bello bigote recién pintado. No será por maldad, es sólo que así yo también me divierto.
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Publicado el 18 de mayo de 2o14

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