¡A maldecir, hijos de puta! (Beneficios de decir groserías)

Hace unos días leí una coñada asombrosa: decir groserías es bueno para las personas. Quién diría que mi padre se equivocaba al decirme lo contrario cuando yo era un carajito. Hay estudios que confirman la vaina que estoy diciendo. Por ejemplo:

Frente a un dolor, permite sentir una sensación de alivio o resistir por un tiempo mayor. En pocas palabras, si cuando usted se da un coñazo, suelta una palabrota, es normal y terapéutico. Hay quienes dicen que también se puede tomar un analgésico. Pero yo nunca he visto a nadie que se haya golpeado con un martillo y que exprese "Recórcholis, este dolor sólo puede resolverse con una pastilla"

Permite dar una respuesta no violenta. Cuando usted se encuentra frente a alguien problemático, bien podría usted recordarle que es un pobre mamagüevo o una puta barata (según el género) Eso le dará una  imagen de alguien poderoso y que no anda con pendejadas, sin necesidad de usar la fuerza física.

Nos hace simpáticos. Cuando decimos palabras altisonantes entre amigos, puede ser algo muy divertido. Sobre todo si sus panas son una cuerda de jodedores tan vulgares como usted.

Crea lazos sociales. Hay groserías que nos hacen parte de un grupo y que al decirlas, es el equivalente a mostrar un carnet de identificación. Por ejemplo, mi abuela dice "coñito de madre" y todos en la familia lo hacemos también. Igualmente, tengo un amigo que les dice a todos "marico triste" y eso nos une más como amigos.

Nos permite expresarnos de manera individual. Hay algunas palabrotas que son usadas para dar a entender gratitud, sorpresa, alegría. Si le da un regalo sorpresa a su novia y ella le responde con una sonrisa en la cara, mientras te dice "Eres un grandísimo hijo de puta", probablemente te esté diciendo "Gracias", con otras palabras. Si te lo dice con cara de arrecha, no significa lo mismo.

Nos da salud física y piscológica. Cuando usted dice "coño de pepa", "come mierda" o "pajúo" se incrementa la circulación, hay elevación de endorfinas y le da sensación de calma. Claro, siempre que las use con cuidado y sin molestarse, para no sonar como un maldito vulgar.

¡Así que, a maldecir se ha dicho, nojoda!

___
Publicado el 16 de agosto de 2o14