¿Y si la gente dejara de mentir?

Uno de esos momentos en los que mi mente se pone a divagar -16 horas de cada día-, saltó la pregunta que le da título a esta publicación: ¿y si un día la gente dejara de mentir? En principio, me parecía algo muy profundo. Es decir, se acabaría la mitad de los males del mundo. Sería bueno que todos dijeran la verdad. Luego, me pareció que traería situaciones más reales, conversaciones más transparentes, como:

La madre a la hija:

-María, ¿cómo te fue en la escuela?

-Decidí faltar y me pasé toda la tarde con mi novio Juan, ese muchacho que tú crees que es sólo mi amigo

La esposa celosa al marido:

-Dime la verdad, ¿me estás engañando con tu secretaria?

-No, te estoy engañando con el portero

El entrevistador al gobernante:

-¿Cómo piensa usar el dinero del presupuesto del año venidero?

-Me pienso robar la mitad, derrochar otro 40% y el resto se usará para pagar los sueldos de los empleados y mantener a la ciudad

Quien espera al esperado:

-La función es en 10 minutos, ¿vienes en camino?

-Sí, en camino al baño para darme una ducha. Llegaré como en una hora, con un poco de suerte

La novia a su amor:

-¿Crees que este vestido me hace lucir gorda?

-Ese vestido y cualquier cosa que te pongas

El amigo después de contar un secreto:

-No se lo vayas a contar a nadie

-Eso quisieras, ya voy a llamar hasta a tu mamá

El novio a su querida:

-¿Qué es lo que más te gusta de mí?

-Nada más tu billetera

El niño enfermo a la enfermera:

-¿Esa inyección va a doler?

-Vas a ver al diablo

El comensal al mesonero:

-Oiga, este pollo sabe raro

-Sí, debe ser porque son los restos de lo que comió alguien más. Le echamos un poco de sal y se lo servimos a usted

Publicado el 16 de diciembre de 2o1o