Aprende a ser feliz, por favor


Personalmente detesto los libros de autoayuda. Creo fielmente que no ayudan a nadie, excepto a quienes los escriben, pues se lucran a costa de recetas para conseguir la felicidad a corto plazo. Pero al final no cambian las causas de las tristezas o problemas, así que estos están destinados a repetirse en un ciclo infinito. Aunque admito que mi punto de vista puede no estar ciento por ciento correcto.

Ahora, escribo al respecto porque últimamente me he encontrado a muchas personas con conflictos. Y todos me parecen sencillos de resolver. Tal vez porque soy muy optimista, quizás porque soy un tercero. Lo cierto es que estoy harto de tanta gente quejumbrosa. En fin, he aquí una suerte de texto de autoayuda verdadera:

Inconvenientes financieros. El más común: tienes más salidas que entradas. Eso se soluciona fácil. Ahorra mucho y gasta poco. Come en tu casa, usa el transporte público, busca ofertas y no te derroches el sueldo en bebidas alcohólicas o fiestas innecesarias. Repite esto por unos pocos meses (desde hoy hasta el día de tu muerte) y verás resultados positivos.

Corazones rotos. ¿No te presta atención? No te la pases detrás de él/ella esperando respuesta positiva, ten un poco de dignidad ¿Es alguien casado/a? Búscate a alguien más, te aseguro que hay alguien sin compromiso esperando por ti ¿Terminó contigo? Vive tu duelo y después regresas al mercado.

Complicaciones laborales. Te sientes menospreciado/a en tu lugar de labores. Aunque suene incongruente: da lo mejor de ti hasta hacerte indispensable. Poco a poco irás subiendo en la escalera del éxito y todos hablarán de lo bien que haces tu trabajo. Nada de renunciar de buenas a primeras, que el desempleo no es juego y quizás no consigas el empleo de tu sueños (excepto si añoras mendigar). Esa es la última opción y sólo si ya tienes el otro cargo en la mano, nunca antes.

Y recuerda que la felicidad es un acto individual (lo único en lo que estoy de acuerdo con los libros de autoayuda) Eso quiere decir que sólo tú decides cuando ser feliz, no los demás. Eres tú quien determina cómo te afectarán las dificultades. Puedes deprimirte y esperar que alguien se compadezca de ti o puedes levantarte y ser tú quien dirija tu propia vida.

Al final, cuando lo malo haya pasado y sientas que tu vida está en el camino correcto, sonríe y comprende que todo tiene solución. Después de eso, quiero que te sientes en un lugar calmado y repitas este mantra "Desde hoy, no me volveré a quejar de mis problemas. Y (por el bien de mis amigos) no los haré públicos a través de Facebook, Twitter, Instagram, WhatsApp, Line, BlackBerry Messenger ni otro medio"

A la orden
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Publicado el 26 de julio de 2014

1 comentario:

Persona A dijo...

¡Jajajajajajajaaja! muero de la risa con tus entradas, el punto dos es para mi, le haré un capture y lo pondré de guarda pantallas. Saludos