7 cortas historias de amor

I
Una vez salí con alguien que disfrutaba mucho fumar y después besar. Hay una sola palabra para describir el sabor de esa sucesión de hechos: guácatela

II
Mi cabeza decía que éramos amigos. La suya que éramos novios. Cuando nos dimos cuenta de la diferencia de criterio, no fuimos ni lo uno ni lo otro.

III
Comimos juntos una vez y le invité a salir en tres ocasiones diferentes. Sus respuestas fueron "Hoy cumple mi primo", "Hoy cumple mi prima" y "Hoy cumple mi hermano". Pensé "Vale", "Qué coincidencia" y "Esa vaina es mentira", respectivamente. Perdí el interés. Dos meses después me dijo que no habíamos salido nunca más por mi culpa, porque yo nunca tenía tiempo libre.

IV
Estábamos comiendo hamburguesas y no podía dejar de ver su rostro. No había nada que no me gustara. Tenía unos ojos hermosos y una sonrisa bellísima. Por eso, le contaba chistes malos para que riera un poco. Así, lograba ver sus dientes asomarse y sus ojos ponerse pequeños. Me decía a mí mismo que debía apartar la vista en algún momento, para no parecer un psicópata. Pero no dejé de hacerlo.

V
Conocí a alguien que me dijo que sus besos enamoraban a todos los hombres. La curiosidad me terminó ganando y decidí caer en la tentación. Mientras nuestros labios se tocaban, no paraba de pensar "¿De quién se supone me debo enamorar, de alguien más? Porque esto no está funcionando"

VI
Era alguien que sufría del síndrome de encuesta-de-satisfacción-al-consumidor. Cada vez que salíamos, lo único que hacía era preguntarme "¿Yo te gusto?"

VII
Para evitar tener una gran presión, le  pedí que saldríamos como amigos nada más. Sin tensión sexual, sin beso de despedida, sin meter mano y con muchos chistes. En cuanto nos vimos, observé toda su belleza acompañada de una gran inteligencia y sentido del humor, me dije "Ya tengo suficientes amistades, le voy a echar los perros"
___
Lea también
7 cortas historias de amor (y comida)

Publicado el 30 de agosto de 2o14

No hay comentarios: