Viajar desnudos (pros y contras)


He leído la historia de una mujer que se montó al tren completamente desnuda y gritando que era "la diosa del tren". Se trata de una enferma psiquiátrica. Sin embargo, eso me ha puesto a pensar qué pasaría si comenzáramos a usar el transporte público como vinimos al mundo:

  • Si hace calor, no existirían capas de tela, así que uno se refrescaría más rápido
  • Si hace calor, las capas de tela sirven como protección contra ciertos olores
  • ¿Dónde tenía esa mujer el dinero con que iba a pagar el boleto?
  • La gente se queja tanto de que en el transporte público uno puede engendrar un hijo y esto sólo facilita las cosas
  • Hay cuerpos que uno no quiere ver sin ropa
  • ¿Qué haría la gente que usa faja?
  • ¿Uno debe llevar una toalla para sentarse?
  • Sería una buena solución ecológica, pues mucha gente dejaría de usar taxis
  • Aunque también se verían más abarrotadas las estaciones
  • No más preocupaciones por qué ponerse cada día
  • Ya no más preguntarse "¿Me están metiendo mano?", es obvio que sí lo harán
  • Hay que vestirse al bajar del tren
  • No pasará el viaje pensando en sus problemas o el trabajo. Eso es seguro

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Publicado el 27 de septiembre de 2o14

1 comentario:

Alondra dijo...

Había perdido el enlace, fuiste uno de mis primeros amigos de palabras y ha sido muy grato encontrarte.

Voy al tema que propones...
La ropa no deja de ser una protección y hay grupos de personas que utilizan la filosofía del nudismo como una manera de terapia, dicen que se nace desnudo y el vestirnos nos hace escondernos.
En fin, será terapéutico y no me opongo a que haya playas para quien quiera ejercer esa forma de entender la vida pero, ¿qué quieres que te diga? no me veo sentada en el bús en el mismo asiento que han estado otros sin llevar nada de ropa, uff!!! si me da reparo ir a un baño público... No me veo sentada en un restaurante, ni imaginarme al cocinero... Paso, le veo más contras que pros y si me apetece andar como llegué al mundo pues lo hago en la intimidad.
Un abrazo desde el otro lado del charco.